Tenemos varios destinos elegidos para ésta Semana Santa 2012, y como siempre, tratamos de integrarlos en el viaje, para no andar retrocediendo. Originalmente, íbamos a hacer Valencia, Toledo y Ávila, pero el mal tiempo nos hizo desistir del último destino, posponiéndolo para cuando la climatología acompañe.
Día 1: Vitoria – Valencia
Salimos sin prisa, pero sin demora rumbo a nuestro primer destino, Valencia, siendo nuestro principal objetivo, el oceanográfico, donde hemos reservado la actividad “Entrenador por un Día”.
Tenemos ganas por llegar, hacemos el viaje por autopista, por lo que llegamos en unas 7 horas.
Como llegamos bastante tarde a Valencia, y el área que va a ser nuestro destino final, cobran por noche, decidimos pernoctar en el área de autocaravanas gratuita de Turis (N 39º 23´21” W 0º41´51”). La zona, bastante fea porque está en una zona industrial, junto a la carretera, pero el área muy bien limitada, con sus arbustillos y zona para carga y descarga de agua.
Día 2: El Saler – La Albufera (Valencia)
Por la mañana, llegamos a la zona elegida para pasar los tres días en Valencia, es el área Camping-Car La Marina (N 39º 23′ 14» W 0º 19′ 56») en El Saler. El precio en temporada alta es de 11€ por noche. Es un parking con el suelo de gravilla, muy liso y bastante nivelado. No hay sombras, ni electricidad, pero sí servicio de carga y descarga de aguas, y si se aparca en el lado izquierdo, el muro del camping colindante, junto con sus arbolitos, dan sombra. Las plazas son bastante amplias y el trato por parte de los dueños del área, muy amable.
Preguntamos a los dueños del área por una buena zona para comer una auténtica paella por El Palmar, pero nos recomendaron un restaurante cercano, donde íbamos a comer una paella tan buena como la de la zona de La Albufera y mucho más económica. Tras reservar en el restaurante “Ca Teresa”, vamos a dar una vuelta hasta la playa, para que la perrilla se “desfogue” y conocer los alrededores, pero el ver las basuras a rebosar y una arena bastante sucia, nos desanima un poco y volvemos por los caminos que recorren todo la zona.
Dejamos a la perrilla en la AC y fuimos al restaurante, donde comimos muy bien. El precio de la paella de pollo fue de 9€ por persona, mas unos entrantes de “pan tumaca” y postres, haciendo un total de 34€ por una comida que no estuvo nada mal.
Por la tarde, paseo por la ruta amarilla del parque natural de La Albufera bordeando la playa, hasta llegar al llamado El Mirador, donde hicimos un paseo en barca muy bonito por el lago (4€). La vuelta la realizamos en autobús, ya que después de tanto andar, nos encontrábamos un tanto cansados.
Día 3: Valencia capital
Nos levantamos pronto para dar un paseo largo a nuestra perrilla, para que se quede tranquila en la autocaravana, mientras nos vamos a visitar la capital. A nuestra vuelta, y tras prepararnos para ir a coger el autobús, nos sorprende que una autocaravana, recién llegada, nos aparca de tal manera que no podemos ni abrir el portón de la AC. Al ser un área tan grande, donde caben 70 ACs, y no haber ni 20 plazas ocupadas, nos pareció un tanto ridículo lo que nos estaban haciendo, así que les pedimos amablemente que se separasen un poco (sobre todo, porque nosotros no la habíamos ajustado al límite de nuestro espacio, y ellos se habían comido nuestra plaza). No se lo debieron tomar muy bien, y se fueron a otro sitio, como de mala leche. La verdad, es que todo el mundo estaba aparcado de manera que dejaban una plaza libre entre cada AC, ya que si hay sitio…es tontería apiñarse, pero, algo debemos de tener nosotros, que nos pasa a menudo. Vamos a tener que acostumbrarnos a “desplegar” toda la infraestructura, solo para que nos respeten la distancia mínima.
Cogemos el autobús hasta Valencia a escasos 100 metros del área, y con un precio de 1,35€ (precio estándar).
Tras hacer un poco el “turista” comemos en el restaurante “El Forcat” (c/ Roteros 12) ya que nos lo habían recomendado. Aquí probamos el arroz a banda, junto con unas puntillitas más unas ricas cremas catalanas. Precio 53€. Para quienes no conozcáis el arroz a banda, tiene chopitos, por lo que recomendaros que no pidáis las puntillitas como entrantes. Nosotros, pagamos la novatada, y acabamos hartos de chopitos…jaja.
A eso de las 18:00 cogimos el autobús de vuelta al área, y tras aguantar la bronca de nuestra perrilla por dejarla sola tanto tiempo, le dimos un largo paseo, y se le pasó el cabreo.
Nota: los autobuses son los de color amarillo (interurbanos) y llegan a la parada del área hacia valencia sobre las horas y 25, siendo recomendable estar ahí para las y cuarto. La vuelta de Valencia son a las horas en punto. El precio del billete son 1.35€, ya sea para venir desde la capital como para moverse por El Saler.
Día 4: Oceanográfico de Valencia
Hoy es nuestro día grande, el día de la actividad “Entrenador por un Día” en el Oceanográfico de Valencia. El precio por persona es de 225€, y es para un máximo de 2 personas al día, y si somos sinceros, un precio muy adecuado a la actividad.
Al llegar te dan un pantalón tipo “Coronel Tapioca” y un niqui de manga larga del oceanográfico, junto con una gorra. El equipamiento te lo quedas tras finalizar la actividad.
El resto del día te lo pasas interactuando con los profesionales del oceanográfico que se ocupan de los animales. Te enseñan su trabajo del día a día, cómo les dan de comer, cómo les hacen un reconocimiento médico, cómo les entrenan, etc.
El trato es fantástico y nos hicieron sentir muy cercanos a ellos. Lo más importante, es que pudimos tocar morsas, focas, delfines, belugas, tortugas y leones marinos. Salvo un pequeño descanso para comer (menú también incluido), acompañados por un chaval muy simpático de la zona de los leones marinos, fue un día…increíble. ¡Merece al pena!
El autobús de vuelta al área de autocaravanas lo cogimos en la parada del centro comercial que se encuentra frente al Instituto de las Artes y las Ciencias.
Día 5: Valencia – Toledo
Tras dormir tranquilamente, cambiar aguas de la AC y despedirnos de los simpáticos dueños del área, ponemos rumbo a Toledo. El viaje lo hacemos muy tranquilos, y paramos a comer un poco antes de nuestra llegada, más que nada, por si hay problemas de sitio, y debemos buscar una ruta alternativa, que nos pille comidos.
Llegamos al parking de Safón (N 39º51´56” W 4º01´05”), frente a la estación de autobuses y nos encontramos con el acoso de los “gorrillas”, que son dos rumanos, los cuales se auto-proclaman los vigilantes del parking. Tras aparcar donde nos parecía a nosotros, y no donde nos decían ellos, les dimos un par de euros a uno de nuestros “guardianes”, porque, al fin y al cabo, más vale prevenir que luego lamentar.
En este parking, junto a las murallas de Toledo, conviven coches, autobuses y autocaravanas, y la policía pasa frecuentemente. Nosotros decidimos aparcar al final del todo, cerca del jardín, para sacar a pasear a nuestra perrita. Hay un paseo bastante bonito junto al rio Tajo, donde hay columpios y zona de esparcimiento.
Finalizada la labor de asentamiento, agarramos la cámara, la mochila y el perro para ir a visitar esta preciosa ciudad.
El parking está un poco lejos del centro de Toledo, sobre todo por las tortuosas cuestas que martirizan a los visitantes, aunque cerca del parking, hay una parada de autobuses urbanos que te suben al centro.
Ya en pleno centro de Toledo, y rodeados por miles de turistas, nos dejamos llevar por el ambiente, y tras cientos de tiendas con productos típicos, espadas, armaduras, etc, compramos dulces de las monjitas de Toledo, los famosos mazapanes, yemas y el típico queso manchego. Después de dos horas de caminata, y como hacía un poco de frío, volvimos a la autocaravana a descansar.
Al volver, vimos un parking (N 39º51´43” W 4º 00´28”), al otro lado del rio Tajo, el cual puede ser interesante como zona de pernocta alternativa.
Día 6: Toledo
Tras una noche muy tranquila y sin ninguna incidencia, nos levantamos sin mucha prisa y vamos nuevamente de visita a la ciudad amurallada de Toledo. Como hacía bastante frio, no nos motivaba mucho el comer en una terraza, algo a lo que estamos obligados siempre por ir de visita con el perro, por lo que volvemos a la autocaravana, para comer, descansar, coger alguna chaqueta más abrigada, y tras una siestecilla, volver a hacer “el turista”.
No lo teníamos previsto, pero nos vimos en medio de las procesiones de Semana Santa, así que aprovechamos y nos quedamos a ver algunos de los pasos.
Una vez de vuelta en nuestro “refugio” y con la calefacción puesta, planeamos nuestro próximo destino. No hemos dejado ni un palmo por recorrer en Toledo así que no merece la pena pasar un día más ante la amenaza de lluvias fuertes para el día siguiente. Analizamos las previsiones para nuestras dos posibles opciones: Ávila o Soria (el Monasterio de Piedra), pero, tanto en uno como en otro, la amenaza de lluvia y nieve era seria, por lo que hacemos lo más sensato, y decidimos volver a casa.
Día 7: Toledo – Vitoria-Gasteiz
La mañana ha salido con algo de resol, y como no tenemos prisa por volver, vamos a hacer las últimas fotos de la muralla y de paso le damos un paseo a la perrilla, para que esté cansadita para el viaje de vuelta.
Finalmente, valoramos positivamente la decisión de volvernos para casa, ya que por un lado, fue un viaje con muy poco tráfico, pero sí con mucha lluvia, nieve y viento, siendo la temperatura en muchas zonas cercanas a los 0ºC a las tres de la tarde.
Unknown
Creo que usted ha elegido bien, Valencia y Toledo. Dos destinos muy interesantes. Felicitaciones por su artículo y el blog!